martes, 3 de enero de 2012

EL NIÑO DE LA BICICLETA

Si a las salas ha llegado una película en 2011 con una ética limpia, sólida y clara, es la de los hermanos Dardenne. No he sabido nada de ellos-por desidia mía, claro- desde que irrumpieron con aquella mareante "Rosetta" cuya apuesta estética nunca entendí.

"El niño de la bicicleta" es una película militante, pero sin dar un ápice de sermones, ni de esquematizar todo aquello es que de muy difícil resolución, milita en la responsabilidad de toda una sociedad con la infancia desfavorecida, y es mágica como poseedora de una fe enérgica en que las atribuciones y la expectativas positivas mueven el mundo. 

Es una película imprescindible no sólo para la reflexión de educadores, sino para todo ciudadano, lo cual no habría que entender literalmente, pues la propuesta no es embarcarse en una odisea personal como la de la protagonista. es una cuestión de actitudes colectivas, de no usar el chantaje o el rencor en el dominio del rebelde o del desfavorecido, que compleja y simplemente va en desnortada búsqueda de afecto. Es cuestión de entender que la simple apelación exclusivamente a la responsabilidad individual de cada cual no sirve ni es justa, pues cada cual no parte del mismo arranque.

Su intensidad emocional es brutal, deslumbrante, alucinante, desarmante, cinematográficamente es gigante:y su final tiene algo que ver con el de "Le Havre". El mejor cine renuncia, justo cuando llegan los peores tiempos para Europa (otros siempre estuvieron en los malos tiempos), al cinismo de proponer que sólo en la desesperanza se encuentra la lucidez. La esperanza del film de los Dardenne, como en el Kaurismaki, es tan susurrante como hermosa. Obra absolutamente extraordinaria.










4 comentarios:

  1. Comparto lo que dices de que no debemos darle prioridad a la desesperanza, ser realista puede hacernos duros buscando un sitio seguro pero creo en esa bandera de siempre darle fe a aquella humanidad del personaje, basta una gran alma(o varias que sería estupendo) que quiera hacer algo sin buscar nada a cambio para cambiar el pesimismo colectivo. Comparto como tú el aprecio por el filme, me parece muy bueno. Y vi que mencionabas debajo a Misión Imposible 4, no quería verla, me pasa como piratas del caribe las veo todas casi iguales pero viendo que parece que no está mal voy a tratar de darle una oportunidad. Abrazos.

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  2. A mi no me entusiasmo... reconozco que en ocasiones tiene mucha fuerza, que es honesta, que es dura en su critica pero amable en su tratamiento (aquí el paralelismo con la de Kaurismaki ¿no?).
    Lo que me pasa es que me parece todo tan trillado, tantas veces contado... y la forma de contarlo tan poco novedosa. Quizá esa honestidad, esa mirada real, esa cámara como observador objetivo en mi caso me aleje del film... por lo menos emocionalmente.
    De este estilo, y de este año, el mejor cuento optimista con moraleja crítica es "Les neiges du Kilimandjaro" (Robert Guédiguian, 2011)... pero para gustos...

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  3. Mario, yo tengo una cierta manga con los blockbusters, no me hago responsable de lo que pienses de mi al salir de ver "Misión imposible 4", jajaja, desde luego no he visto ni veré ni un sólo pirata del caribe.

    D, más que la historia que se cuenta a mi me atrae la ética que se desprende. Todo será que llegue a ver la de Guediguian y me guste más, claro.

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  4. Preparando el texto que le dedico a El niño de la bicicleta, me doy una vuelta por la red en busca de imágenes y comentarios, y encuentro este blog. Me gusta mucho como has reseñado esta película y he enlazado tu entrada. Si no deseas que aparezca, no tienes más que decírmelo y la retiro de inmediato.

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